Recordar, u olvidar, eventos pasados es importante, ya que podemos usar nuestro conocimiento del pasado para decidir cómo queremos influir en el futuro.
A pesar de la importancia de la memoria histórica en la construcción de identidades nacionales y locales, y por supuesto la europea, ésta no está incluida en los currículos escolares. Los y las estudiantes ignoran a menudo cómo los hechos del pasado han influido en el presente.